lunes, 24 de noviembre de 2008

2. El problema

El problema que hemos elegido, la dificultad de los alumnos para aprender matemáticas
El fracaso en matemáticas es evidente, está ahí presente esperando que se solucione este problema
La dificultad de los alumnos para aprender matemáticas constituye un problema de larga data y generalizado en el mundo entero
La matemática es una ciencia que requiere razonamiento lógico y ordenado, análisis y sintáis, estrategias para resolver problemas e intuición matemática, además abstracción, deducción e inducción
La falta de una metodología adecuada en la enseñanza de la matemática conduce al desconcierto y desánimo en nuestros estudiantes y sobre todo le genera fobia a esta asignatura

Es muy frecuente escuchar la pregunta ¿para qué sirve aprender tantos números y fórmulas y teoremas?, olvidando que la Matemática es una parte esencial del aprendizaje que apunta a dotar a niños y adolescentes de ciertas capacidades básicas de extraordinaria importancia para su mejor desempeño como futuros adultos.





Causas que dificultan el aprendizaje de las matemáticas

• Condiciones ambientales en que se desenvuelven nuestros estudiantes, en aulas con número de pupitres insuficientes, ventanales quebrados, ruido externo, calor sofocante.
• Cantidad exagerada de estudiantes en el aula.
• Centros de estudio donde no hay suficiente material bibliográfico
• Mala base de cursos anterior
• Actitud poco favorable de los alumnos a las matemáticas, ya que piensan que no les sirven en su vida futura ni en su trabajo
• Profesores que no rinden debido a que tiene que trabajar en varios centros educativos, lo que lógicamente tiene un trasfondo económico, para llevar más dinero a su hogar lo que va en detrimento del proceso enseñanza-aprendizaje
• Inadecuada formación de algunos docentes
• Falta de motivación y esfuerzo de muchos alumnos en el estudio de esta asignatura
• Poco apoyo de los padres de familia en el control de las tareas escolares asignadas a sus hijos
• El uso de calculadoras, si bien estamos de acuerdo con la tecnología, también es cierto que se ha perdido la habilidad del cálculo necesarios para operaciones como suma, resta, multiplicación y división
Como hemos visto, el aprendizaje de la matemática es muy complejo por lo cual debemos realizar una reflexión y conviene tener en claro los siguientes puntos:

1. La matemática provoca una variedad de sentimientos negativos: miedo, incomprensión, aburrimiento, resignación, dificultad para entender la utilidad de todo aquello.

2. Lejos de los números y la fría y mecánica aplicación de fórmulas, la matemática es, en realidad, un atractivo mundo de descubrimiento, creatividad, ensayo y error, que brinda algo imprescindible para avanzar en los estudios y en la vida: capacidad de razonar.

3. Esta cara amable de la matemática, sin embargo, no es la que con mayor frecuencia se muestra a los estudiantes, que tienen pocas opciones: memorizar fórmulas que no comprenden o naufragar en el intento de aprobarla.

4. La utilidad de la matemática, además, es transversal pues la matemática enseña a incorporar formas de pensar, más allá de contenidos puntuales. Es básica para el pensamiento, está muy conectada con la creación artística y en ella la creatividad es un elemento dominante
Es claro que en la profesión docente, específicamente en la nuestra que es pedagogía en matemática, nos veremos enfrentados a la dificultad que tendrán nuestros alumnos en aprender las matemáticas y la actitud poco favorable que tendrán hacia nuestra asignatura, a continuación explicaremos que entendemos por actitudes


¿Qué son las actitudes?


En los textos de sicología social se define a las actitudes como una predisposición a actuar de una manera favorable o desfavorable frente a un objeto, una persona, un evento, una ideología, etc. (llamados “objeto de la actitud”). En este sentido, las actitudes influyen sobre la atención que se preste a los objetos (poca o mucha), la forma como se perciben (favorable o desfavorablemente) y la manera en que responden las personas

Se considera que una actitud tiene tres componentes: uno cognoscitivo, definido por las creencias de una persona sobre el objeto de la actitud; un componente evaluativo o afectivo, definido por los sentimientos de esa persona hacia el objeto de la actitud (positivos o negativos) y por la intensidad de los mismos; y un componente de conducta, definido por la respuesta ante el objeto de actitud. Una consecuencia de lo anterior es que al intentar modificar una actitud se puede buscar alterar uno o varios de los componentes mencionados (lo que la persona piensa, lo que siente o cómo se comporta). Hay una extensa literatura sobre cómo modificar las actitudes de las personas

Debido a la influencia de factores del entorno, una actitud, positiva o negativa, no siempre da lugar a conductas consistentes. Por ejemplo, una persona con una actitud negativa hacia la escuela en general, podría estar dispuesta a asistir a ella diariamente y estudiar porque quiere evitar las críticas de su familia. La presión externa, incluidos los premios o el miedo al castigo, es una forma tradicional de conseguir buena conducta. Sin embargo, lo que se pretende a largo plazo con el sistema educativo es que cada estudiante desarrolle un gusto intrínseco por la educación

Las actitudes se adquieren; nadie nace con una predisposición hacia, por ejemplo, el Lenguaje o la Matemática. La forma como se aprenden las actitudes varía, desde experiencias positivas o negativas con el objeto de la actitud
(que pueden provenir de compañeras o compañeros de clase, de las expectativas de docentes o familiares, o de los estereotipos que difunden los medios de comunicación masiva).

Por otro lado, las actitudes son inevitables; todas las personas las tenemos, hacia los objetos o las situaciones a que hemos sido expuestas; por ello, es indispensable integrarlas provechosamente en el proceso educativo.

Las actitudes y el aprendizaje:

Usualmente, en los currículos se ha asignado un segundo lugar al desarrollo de las actitudes, en comparación con el aprendizaje de conceptos y habilidades intelectuales. Esta tradición refleja un predominio de lo racional (desarrollo del pensamiento) sobre lo afectivo (desarrollo de los sentimientos).

En una nuevo modelo de educación se debe impulsar el desarrollo de actitudes positivas hacia lo que se aprende tiene tanta importancia como el aprendizaje de conceptos y habilidades. Esto, porque el desarrollo de actitudes positivas debería favorecer, al menos: 1) el aprendizaje de conceptos y habilidades; y 2) que cada estudiante tenga una disposición favorable hacia el aprendizaje durante toda su vida. Esto último ha sido considerado indispensable en la sociedad contemporánea: dado que los conocimientos se renuevan con gran rapidez, toda persona debería estar constantemente re aprendiendo y desaprendiendo, porque lo que hoy es verdad, es posible que mañana no lo sea.





3 propuesta de solución al problema


Debemos ahora enfocar nuestro interés, hacia posibles soluciones a nuestro problema, como conseguir que los alumnos quieran aprender matemáticas y muestren una actitud favorable hacia las matemáticas. Propondremos algunas soluciones posibles

Es muy frecuente escuchar la pregunta ¿para qué sirve aprender tantos números y fórmulas y teoremas?, olvidando que la Matemática es una parte esencial del aprendizaje que apunta a dotar a niños y adolescentes de ciertas capacidades básicas de extraordinaria importancia para su mejor desempeño como futuros adultos
Para resolver esto, podríamos enseñar a nuestros alumnos a relacionar las matemáticas con actividades prácticas cotidianas, como:

• medir puertas, paredes, ventanas, identificación de forma geométricas que se encuentran en el aula o en el hogar, cantidad de ladrillos que se necesitan para enladrillar una habitación, rotondas, precio de los producto de consumo, valor del galón de gasolina, deslizamiento de la moneda, porcentaje que se paga en impuestos, valor de la canasta básica, incremento del costo de la vida etc.
• Realizar juegos de ingenio y habilidad matemática
• Que los profesores estén realmente interesados, en enseñar y ayudar a los alumnos, para que estos puedan aprender
• Dar frecuentes, anticipadas y positivas respuestas que apoyen a los alumnos a creer que pueden hacerlo bien

• Asegurarse de dar oportunidades para que los estudiantes tengan éxito, asignando tareas que ni sean demasiado fáciles, ni demasiado difíciles.

• Ayudar a los estudiantes a encontrar un significado personal y un valor en la materia objeto de estudio.

• Crear una atmosfera que sea abierta y positiva
.
• Ayudar a los estudiantes a sentirse como miembros valorados de una comunidad de aprendizaje.

• Buenas prácticas diarias de enseñanza hacen más para combatir la apatía estudiantil que esfuerzos extraordinarios para combatir la falta de motivación.

• La mayoría de los estudiantes responden positivamente a un curso bien organizado enseñado por un profesor entusiasta que siente interés por sus estudiantes y su progreso en los estudios

• Las actividades que desarrolladas para promocionar la formación también fomentarán la motivación de los estudiantes.

• Enseñar a nuestros estudiantes a pensar en estrategias de solución y de no memorizar el procedimiento

• Establecer los parámetros que se deben tomar en cuenta para seleccionar el profesor de matemática, pues en muchos casos el que imparte matemática no es de esa especialidad y por tanto no tiene los conocimientos básicos de la asignatura

• Hacer la matemática atractiva, imprimiéndole elementos de matemática recreativa que haga más amena la asignatura.
• Utilizar a los docentes de mayor experiencia como asesores de los profesores que se están iniciando.
• Reactivar los talleres de capacitación a docentes a través de las distintas instituciones educativas que existen en nuestro país
• Exigir que la escuela brinde a sus hijos una educación matemática que asegure un buen manejo de los números (naturales, decimales y fraccionarios) así como el dominio de su operatoria fundamental, el conocimiento de las figuras geométricas más comunes y sus relaciones básicas, y la resolución de problemas sencillos que manejen los elementos
• Explicar a nuestros estudiantes que hacer matemáticas va más allá de las cuentas, es imaginar, hacer conjeturas, discutir, poner a prueba lo que uno supone y validarlo, construir entre todos un conocimiento.
2. El problema

El problema que hemos elegido, la dificultad de los alumnos para aprender matemáticas
El fracaso en matemáticas es evidente, está ahí presente esperando que se solucione este problema
La dificultad de los alumnos para aprender matemáticas constituye un problema de larga data y generalizado en el mundo entero
La matemática es una ciencia que requiere razonamiento lógico y ordenado, análisis y sintáis, estrategias para resolver problemas e intuición matemática, además abstracción, deducción e inducción
La falta de una metodología adecuada en la enseñanza de la matemática conduce al desconcierto y desánimo en nuestros estudiantes y sobre todo le genera fobia a esta asignatura

Es muy frecuente escuchar la pregunta ¿para qué sirve aprender tantos números y fórmulas y teoremas?, olvidando que la Matemática es una parte esencial del aprendizaje que apunta a dotar a niños y adolescentes de ciertas capacidades básicas de extraordinaria importancia para su mejor desempeño como futuros adultos.





Causas que dificultan el aprendizaje de las matemáticas

• Condiciones ambientales en que se desenvuelven nuestros estudiantes, en aulas con número de pupitres insuficientes, ventanales quebrados, ruido externo, calor sofocante.
• Cantidad exagerada de estudiantes en el aula.
• Centros de estudio donde no hay suficiente material bibliográfico
• Mala base de cursos anterior
• Actitud poco favorable de los alumnos a las matemáticas, ya que piensan que no les sirven en su vida futura ni en su trabajo
• Profesores que no rinden debido a que tiene que trabajar en varios centros educativos, lo que lógicamente tiene un trasfondo económico, para llevar más dinero a su hogar lo que va en detrimento del proceso enseñanza-aprendizaje
• Inadecuada formación de algunos docentes
• Falta de motivación y esfuerzo de muchos alumnos en el estudio de esta asignatura
• Poco apoyo de los padres de familia en el control de las tareas escolares asignadas a sus hijos
• El uso de calculadoras, si bien estamos de acuerdo con la tecnología, también es cierto que se ha perdido la habilidad del cálculo necesarios para operaciones como suma, resta, multiplicación y división
Como hemos visto, el aprendizaje de la matemática es muy complejo por lo cual debemos realizar una reflexión y conviene tener en claro los siguientes puntos:

1. La matemática provoca una variedad de sentimientos negativos: miedo, incomprensión, aburrimiento, resignación, dificultad para entender la utilidad de todo aquello.

2. Lejos de los números y la fría y mecánica aplicación de fórmulas, la matemática es, en realidad, un atractivo mundo de descubrimiento, creatividad, ensayo y error, que brinda algo imprescindible para avanzar en los estudios y en la vida: capacidad de razonar.

3. Esta cara amable de la matemática, sin embargo, no es la que con mayor frecuencia se muestra a los estudiantes, que tienen pocas opciones: memorizar fórmulas que no comprenden o naufragar en el intento de aprobarla.

4. La utilidad de la matemática, además, es transversal pues la matemática enseña a incorporar formas de pensar, más allá de contenidos puntuales. Es básica para el pensamiento, está muy conectada con la creación artística y en ella la creatividad es un elemento dominante
Es claro que en la profesión docente, específicamente en la nuestra que es pedagogía en matemática, nos veremos enfrentados a la dificultad que tendrán nuestros alumnos en aprender las matemáticas y la actitud poco favorable que tendrán hacia nuestra asignatura, a continuación explicaremos que entendemos por actitudes


¿Qué son las actitudes?


En los textos de sicología social se define a las actitudes como una predisposición a actuar de una manera favorable o desfavorable frente a un objeto, una persona, un evento, una ideología, etc. (llamados “objeto de la actitud”). En este sentido, las actitudes influyen sobre la atención que se preste a los objetos (poca o mucha), la forma como se perciben (favorable o desfavorablemente) y la manera en que responden las personas

Se considera que una actitud tiene tres componentes: uno cognoscitivo, definido por las creencias de una persona sobre el objeto de la actitud; un componente evaluativo o afectivo, definido por los sentimientos de esa persona hacia el objeto de la actitud (positivos o negativos) y por la intensidad de los mismos; y un componente de conducta, definido por la respuesta ante el objeto de actitud. Una consecuencia de lo anterior es que al intentar modificar una actitud se puede buscar alterar uno o varios de los componentes mencionados (lo que la persona piensa, lo que siente o cómo se comporta). Hay una extensa literatura sobre cómo modificar las actitudes de las personas

Debido a la influencia de factores del entorno, una actitud, positiva o negativa, no siempre da lugar a conductas consistentes. Por ejemplo, una persona con una actitud negativa hacia la escuela en general, podría estar dispuesta a asistir a ella diariamente y estudiar porque quiere evitar las críticas de su familia. La presión externa, incluidos los premios o el miedo al castigo, es una forma tradicional de conseguir buena conducta. Sin embargo, lo que se pretende a largo plazo con el sistema educativo es que cada estudiante desarrolle un gusto intrínseco por la educación

Las actitudes se adquieren; nadie nace con una predisposición hacia, por ejemplo, el Lenguaje o la Matemática. La forma como se aprenden las actitudes varía, desde experiencias positivas o negativas con el objeto de la actitud
(que pueden provenir de compañeras o compañeros de clase, de las expectativas de docentes o familiares, o de los estereotipos que difunden los medios de comunicación masiva).

Por otro lado, las actitudes son inevitables; todas las personas las tenemos, hacia los objetos o las situaciones a que hemos sido expuestas; por ello, es indispensable integrarlas provechosamente en el proceso educativo.

Las actitudes y el aprendizaje:

Usualmente, en los currículos se ha asignado un segundo lugar al desarrollo de las actitudes, en comparación con el aprendizaje de conceptos y habilidades intelectuales. Esta tradición refleja un predominio de lo racional (desarrollo del pensamiento) sobre lo afectivo (desarrollo de los sentimientos).

En una nuevo modelo de educación se debe impulsar el desarrollo de actitudes positivas hacia lo que se aprende tiene tanta importancia como el aprendizaje de conceptos y habilidades. Esto, porque el desarrollo de actitudes positivas debería favorecer, al menos: 1) el aprendizaje de conceptos y habilidades; y 2) que cada estudiante tenga una disposición favorable hacia el aprendizaje durante toda su vida. Esto último ha sido considerado indispensable en la sociedad contemporánea: dado que los conocimientos se renuevan con gran rapidez, toda persona debería estar constantemente re aprendiendo y desaprendiendo, porque lo que hoy es verdad, es posible que mañana no lo sea.





3 propuesta de solución al problema


Debemos ahora enfocar nuestro interés, hacia posibles soluciones a nuestro problema, como conseguir que los alumnos quieran aprender matemáticas y muestren una actitud favorable hacia las matemáticas. Propondremos algunas soluciones posibles

Es muy frecuente escuchar la pregunta ¿para qué sirve aprender tantos números y fórmulas y teoremas?, olvidando que la Matemática es una parte esencial del aprendizaje que apunta a dotar a niños y adolescentes de ciertas capacidades básicas de extraordinaria importancia para su mejor desempeño como futuros adultos
Para resolver esto, podríamos enseñar a nuestros alumnos a relacionar las matemáticas con actividades prácticas cotidianas, como:

• medir puertas, paredes, ventanas, identificación de forma geométricas que se encuentran en el aula o en el hogar, cantidad de ladrillos que se necesitan para enladrillar una habitación, rotondas, precio de los producto de consumo, valor del galón de gasolina, deslizamiento de la moneda, porcentaje que se paga en impuestos, valor de la canasta básica, incremento del costo de la vida etc.
• Realizar juegos de ingenio y habilidad matemática
• Que los profesores estén realmente interesados, en enseñar y ayudar a los alumnos, para que estos puedan aprender
• Dar frecuentes, anticipadas y positivas respuestas que apoyen a los alumnos a creer que pueden hacerlo bien

• Asegurarse de dar oportunidades para que los estudiantes tengan éxito, asignando tareas que ni sean demasiado fáciles, ni demasiado difíciles.

• Ayudar a los estudiantes a encontrar un significado personal y un valor en la materia objeto de estudio.

• Crear una atmosfera que sea abierta y positiva
.
• Ayudar a los estudiantes a sentirse como miembros valorados de una comunidad de aprendizaje.

• Buenas prácticas diarias de enseñanza hacen más para combatir la apatía estudiantil que esfuerzos extraordinarios para combatir la falta de motivación.

• La mayoría de los estudiantes responden positivamente a un curso bien organizado enseñado por un profesor entusiasta que siente interés por sus estudiantes y su progreso en los estudios

• Las actividades que desarrolladas para promocionar la formación también fomentarán la motivación de los estudiantes.

• Enseñar a nuestros estudiantes a pensar en estrategias de solución y de no memorizar el procedimiento

• Establecer los parámetros que se deben tomar en cuenta para seleccionar el profesor de matemática, pues en muchos casos el que imparte matemática no es de esa especialidad y por tanto no tiene los conocimientos básicos de la asignatura

• Hacer la matemática atractiva, imprimiéndole elementos de matemática recreativa que haga más amena la asignatura.
• Utilizar a los docentes de mayor experiencia como asesores de los profesores que se están iniciando.
• Reactivar los talleres de capacitación a docentes a través de las distintas instituciones educativas que existen en nuestro país
• Exigir que la escuela brinde a sus hijos una educación matemática que asegure un buen manejo de los números (naturales, decimales y fraccionarios) así como el dominio de su operatoria fundamental, el conocimiento de las figuras geométricas más comunes y sus relaciones básicas, y la resolución de problemas sencillos que manejen los elementos
• Explicar a nuestros estudiantes que hacer matemáticas va más allá de las cuentas, es imaginar, hacer conjeturas, discutir, poner a prueba lo que uno supone y validarlo, construir entre todos un conocimiento.

lunes, 3 de noviembre de 2008

trabajo competencias

Introducción
Actualmente, en nuestros establecimientos educacionales, se está aplicando un concepto de enseñanza basado en competencias.
En este trabajo, se pretende aclarar en qué consiste realmente esta idea, sus orígenes y sus resultados, producto de su implementación en el aula.

Concepto competencias.
Resultaría difícil comprender un término si no averiguáramos antes su procedencia, por lo que nos dedicaremos a investigar la palabra competencia, teniendo en cuenta los distintos usos o acepciones que un mismo vocablo pueda tener. Así, sabemos que una misma locución tiene distintos significados, según el uso que quiera dársele. Estudiaremos el concepto de competencias desde todos sus ángulos posibles, pero avocándonos a profundizar sobre su aplicación en el ámbito educativo.
Comenzaremos entonces, por buscar, con la ayuda de un diccionario o enciclopedia los distintos significados que podría tener en el uso del habla hispana la palabra "competencia":

Competencia1.
(Del lat. competentĭa; cf. competir).
1. f. Disputa o contienda entre dos o más personas sobre algo.
2. f. Oposición o rivalidad entre dos o más que aspiran a obtener la misma cosa.
3. f. Situación de empresas que rivalizan en un mercado ofreciendo o demandando un mismo producto o servicio.
4. f. Persona o grupo rival. Se ha pasado a LA competencia.
5. f. Am. Competición deportiva.
Competencia2.
(Del lat. competentĭa; cf. competente).
1. f. incumbencia.
2. f. Pericia, aptitud, idoneidad para hacer algo o intervenir en un asunto determinado.
3. f. Atribución legítima a un juez u otra autoridad para el conocimiento o resolución de un asunto.
(Diccionario RAE, 22º edición 2001)

Según estas definiciones, y considerando el contexto educativo al cuál hacemos referencia, analizaremos de forma más profunda el concepto, como relativo a la aptitud e idoneidad para hacer algo.
Análisis sico-social
Una clasificación bastante detallada y asertiva realiza el profesor Carlos Barriga en su publicación "En torno al concepto de competencia", desarrollada en la revista "Educación", (nº1, año 2004, páginas 44-58) de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Perú. Utilizando este texto como base, podremos hacer un análisis más detallado del trasfondo sico-social implícito de las competencias.
Según el académico, se podría hacer una clasificación de los comportamientos humanos, basado en tres elementos:
• Saberes
• Valoraciones y
• Haceres.
Es a través de esto que los humanos interactúan con su entorno.
el saber se relaciona con la asimilación de conceptos. Es una actividad teórica que se realiza con el pensamiento y no implica la materialización ni ejecución de obra física alguna, producto de su contemplación.
Las valoraciones resultan en juicios proposicionales acerca de lo que se estado conociendo.
En cambio, tenemos el hacer. Esto consiste en una actividad práctica, en la ejecución de una tarea o actividad, en resumidas cuentas, hacer algo.
Según el énfasis que se le ha dado a la enseñanza basada en competencias, comprendemos que ha sido concebida como un conjunto de obras, es decir, estaría dentro de la clasificación de los haceres.
Luego, surgen algunas preguntas, ¿por qué se piensa que el aprendizaje basado en competencias es mejor que el aprendizaje basado en objetivos?
La respuesta que encontramos se relaciona directamente con el ámbito productivo, es decir, se da prioridad a la parte profesional, práctica, de desarrollo. Es así, como se piensa que un individuo es más competente cuando está preparado para insertarse en el área laboral.
Creemos que es debido a la fuerte demanda del mundo empresarial que se ha dado esta preferencia. Debido a que las competencias se relacionan con el hacer, ejecutar una acción, para comprobar que alguien e competente, vemos sus obras, es decir, lo que resulta en la ejecución de un trabajo, y no basta solo con saber hacerlo, sino que debe saber hacerlo bien.
Nos preguntamos entonces, será conveniente decir que alguien el competente en la apreciación de una pieza musical?, o ¿será competente en conocimientos filosóficos? o ¿será competente quién se sabe más definiciones del diccionario aprendidos de memoria? La respuesta es no, debido a que estas actividades no consisten en ejecutar obras, sino que corresponden a conocimientos teóricos.
Estamos frente a un problema. ¿Se ha considerado que es más importante las tareas que llevan a la ejecución de acciones, por sobre los conocimientos teóricos? A simple vista, pareciera que si, pero es todavía necesario un análisis más acabado para poder determinar si esto es cierto.
Nuestra sociedad cada vez más globalizada e inserta en una vorágine de cambios, está necesitando personas capacitadas para el desarrollo de tareas comerciales, y por lo tanto se podría pensar que ha influido la demanda del mercado por los profesionales y técnicos de áreas más prácticas que teóricas.
Pero veamos los pilares sobre los que se sustenta esta teoría educativa.
Para ser catalogado de competente, no basta con solo saber hacer algo, sino que en imprescindible saber hacerlo bien. Esto queda evidenciado en la obra final realizada o en el producto final de su trabajo y para que esto sea posible, es necesario primero que el individuo posea una serie de conocimientos teóricos referentes a la materia o arte que pretende dominar.
Así, los defensores de esta teoría educativa argumentan que el aprendizaje basado en competencias es el mejor sistema, ya que es una actividad completa en que el alumnos integra tres tipos de elementos:


• Saberes conceptuales
• Actitudes
• Saberes procedimentales.
Saberes conceptuales: consiste en conocer los conceptos, saber la teoría que hay detrás de alguna actividad, dicho en palabras simples, saber lo que son las cosas, por medio de su contemplacin y analisis.

Las actitudes. Es indispensable para poder realizar alguna tarea mental o física tener una actitud favorable hacia esta. Es decir, en el caso de un estudiante, es necesario que este por lo menos interesado en el tema que se le está enseñando, porque así estará predispuesto a aprender y tendrá ganas de adquirir un nuevo conocimiento, ya sea por medios expositivos o experimentales, o por el propio descubrimiento que él pueda hacer.

Ejemplo: el profesor explicar una materia, un video acerca de un tema, investigar, recopilar información, observar, hacer analogías.

Saberes procedimentales. Consiste en conocer y dominar las reglas de acción o instrucciones para hacer algo de la forma idónea. Conocer los pasos a realizar, los métodos y técnicas.
Se debe establecer que para lograr un trabajo bien hecho y a su ejecutor llamarlo "competente", ha sido necesario que el maneje con un alto nivel los saberes conceptuales y procedimentales, y probablemente haya tenido una actitud favorable para poder realizar esa tarea, que también ha requerido cierta deificación y paciencia para su desarrollo.
No se debe confundir el hecho de que una persona tenga todos estos elementos condicionantes a su favor, es decir, puede suceder que un alumno reúna todos los requisitos, pero aun así haga un trabajo mal hecho, o sea, no se garantiza que la obra tenga un resultado satisfactorio.
Por lo tanto, algún elemento extra se podría añadir: la practica, técnica, entendida como habilidad o destreza que cada persona tenga para ejecutar un trabajo.
Hasta aquí, nos parece sumamente interesante este tema de las competencias. La debilidad del sistema basado en competencias, entonces está dado desde la perspectiva de la psicología: todavía no se ha determinado con certeza el mecanismo mental que los estudiantes realizan a nivel cognoscitivo para integrar todas estas áreas del conocimiento y además se ha considerado al saber conceptual, las actitudes y los saberes procedimentales como parte de las competencias, como componentes, es decir, cada una de estas cosas como competencias en si mismas, en vez de verlos como partes esenciales del desarrollo de competencias, necesarias para lograr un trabajo final excelente, pero cada una de esas partes requiere didácticas y metodologías diferentes para su aprehensión y dominio.

Estamos frente a un dilema evidente, ya que se ha estado aplicando en nuestros colegios un sistema cuyas bases no están del todo claras y a simple vista se ve como un buen sistema, integrador de áreas del conocimiento, pero lamentablemente se han sentado mal sus bases y muchas veces se carece de objetivos claros y bien definidos, y didácticas apropiadas para el logro de las competencias esperadas, y también se puede decir que es un concepto mal utilizado para aquellas materias que no resultan en un producto final tangible y experimental, sino que son áreas que se preocupan de saberes teóricos y no por ello son actividades menos importantes o de menor rango, sino todo lo contrario, requieren de la utilización de las facultades superiores de la mente, siendo el pensamiento desarrollado en su más alta expresión.












Competencias en la Profesión Docente

Sabemos que una persona integra los elementos al nivel de aprendizaje para lograr competencias la pregunta es:
¿Cómo integra estos elementos?
La respuesta es que no se conoce un mecanismo, por lo cual, no hay una metodología didáctica y si la ciencia llegara a descubrir un mecanismo de integración al nivel de aprendizaje, tendríamos las bases para una didáctica de la enseñanza de las competencias

¿Qué es didáctica?
Se define como una disciplina científico-pedagógica que tiene como objetivo de estudio los procesos y elementos existentes en la materia en si y el aprendizaje. Es, por lo tanto, la parte de la pedagogía que se ocupa de los sistemas y métodos prácticos de enseñanza, los modelos didácticos pueden ser teóricos (descriptivos, explicativos) o tecnológicos (prescriptivos, normativos)
No habrá una didáctica de enseñanza integrada de conceptos, procedimientos y actitudes, hasta que la sicología del aprendizaje, nos diga como el aprendiz integra en su mente los saberes y actitudes y que esta información nos guie para construir una didáctica correspondiente.
Por lo anteriormente expuesto, es que es un error pedagógico exigirle al profesor en el aula que integre en la enseñanza, lo único que ha logrado es confundir y hacer sentir mal a los profesores.

• Competencias es un concepto que el ministerio de educación le ha dado un lugar central a pesar que el concepto permanece en la ambigüedad

• Nosotros como futuros profesores, tampoco tenemos claro el concepto de competencias, creemos que incluye muchas variables y por lo mismo es muy difícil llegar a un acuerdo, sobre todo tratándose de educación y de las competencias que debería tener un profesor, creemos que un profesor debería tener las siguientes competencias: en primer lugar tener vocación de enseñanza, ser responsable, ser atento y educado, saber entregar de la mejor forma sus conocimientos a sus alumnos, estar dispuesto siempre a perfeccionarse y a los cambios que sean para mejorar la educación, estar abierto al dialogo y críticas constructivas entre otras cosas
¿Pero, es esto competencia en la profesión docente?

Crítica a la Conceptualización de las competencias

Hay una definición, realizada por algunos académicos acerca de competencias como macrohabilidades que integra tres tipos de saberes: conceptual (saber) procedimental (saber hacer) y actitudinal (ser).
El termino macrohabilidades no es apropiado ya que esta refiriéndose al tamaño y las habilidades.
No podemos decir que son grandes o pequeñas, además de acuerdo a esta definición podríamos decir que solo saber hacer cualquier cosa es una competencia.
Además decir que las competencias son comportamientos que resultan de, no es igual a decir que están formadas o compuestas de y que diferencia habría entre estas, la verdad es que la diferencia entre ellas es de gran importancia en la acción educativa.
En el ministerio de educación se ha entendido que todo es una competencia, conocer de algún tema, hacer una escultura, etc. Pero surge la pregunta: que cosa es una competencia y que no es competencia. Según lo dicho anteriormente entenderíamos por competencias toda clase de comportamiento y no es útil conceptualizar las competencias como sinónimo de comportamientos, ya que ninguna ciencia avanza introduciendo palabras con la misma significación que otras.

Cómo un profesor cumple con las competencias

• Para un profesor el logro de las competencias es cumplir el objetivo que se tienen con los alumnos y que estos logren aprender los saberes conceptuales, procedimentales y actitudes. El aprendizaje de las competencias exige un nuevo tipo de didáctica que comprenda las tres condiciones, conceptos, procedimientos y actitudes.

• Los profesores del país hacen importantes esfuerzos por realizar gestión y docencia no siempre en las condiciones más adecuadas, demostrando un alto grado de compromiso y responsabilidad por su trabajo, por lo tanto se puede concluir que no está en juego la vocación, el entusiasmo y el sentido de entrega a la profesión docente, sino la debilidad en competencias que bien identificadas, son perfectamente superables a través de la capacitación y el desarrollo. De eso no tenemos dudas y ello justifica plenamente este levantamiento de perfiles de competencias.